Lo personal es político
Por Jacqueline Estrada
Cuando comenzamos esta aventura en octubre de 2010 llamada Colectivo Akelarre,
no todas sabíamos del poder que tenían los círculos de reflexión entre mujeres,
actividad con la que nos dimos a conocer debido a la periodicidad con la que
organizábamos dichos círculos, los temas que reflexionábamos y el apoyo que
sentíamos tras terminar cada jornada. A esta actividad le hemos acuñado el
nombre de Círculos Akelarre. Iniciamos en aquél mes de octubre de 2010
en la azotea y departamento de una amiga platicando entre mujeres sobre diferentes
tópicos desde nuestras experiencias personales. Desde ese momento comenzó una
revolución interna entre las asistentes que fueron a varios de los círculos,
observamos que nuestros pensamientos y sentires sobre el amor, la belleza, la sexualidad,
la maternidad, la menstruación eran también compartidas por las demás y era un
reflejo de años y años de prácticas, sentimientos y vivencias que el modelo
patriarcal había operado en nosotras y en la sociedad.
Desde aquél tiempo hemos ido generando experiencia
personal y colectiva lo cual hoy nos posibilita proponer un modelo de
intervención con el cual nos guiamos en nuestro trabajo diario. A continuación
se muestra:
Es
así como reconocemos tres ejes transversales que generan procesos de empoderamiento feminista: la
autoconciencia, la subjetividad y la incidencia social.
El
primer eje transversal se refiere a la autoconciencia,
la cual alude al acto de tomar conciencia sobre la opresión que ejerce el
sistema patriarcal en la vida de las mujeres a partir de la experiencia
personal e íntima. Los grupos de autoconciencia tienen sus antecedentes en los
grupos de mujeres afroestadounidenses del “blackclubwomen'smovement” tras la
abolición de la esclavitud a finales del siglo XIX.[1]
Esta práctica busca revalorizar la palabra y las experiencias de las mujeres
quienes han sido inferiorizadas y subordinadas a lo largo de la historia.
El
segundo eje transversal es el de la subjetividad
el cual consiste en el conjunto de experiencias subjetivas y de prácticas de
vida que cada mujer experimenta y realiza sobre sí misma. Son las creencias
acerca de una misma, es la autoestima, las emociones y los afectos.[2]
Cabe recordar que ser mujer en una sociedad como la nuestra es motivo de
deshonra por lo cual es prioridad descolonizar la identidad y la autoestima
para que cada “mujer tenga una existencia que la sustente para enfrentar la
vida y experimentar el bienvivir”.[3]
Por
último el eje transversal referido a la incidencia
social tiene como objetivo la transformación y la movilización de las
mujeres en la promoción y defensa de sus necesidades prácticas y sus intereses
estratégicos. Adquiere la característica de que es una visión a largo plazo,
requiere de articulación feminista y favorece la participación democrática de
las mujeres en los asuntos públicos. El
proceso de toma de autoconciencia y de la subjetividad de las mujeres posibilita
la movilización y la incidencia política feminista.
Al
incentivar estos tres ejes transversales con diferentes acciones y estrategias
de Colectivo Akelarre, contribuimos a un empoderamiento feminista (palabra
clave que trataremos con mayor detalle en otra entrada) que pasa por reconocer
el principio de “lo personal es político”. No hubiéramos podido llegar a estas
reflexiones sin el acompañamiento de todas aquellas mujeres que han asistido a
los Círculos Akelarre; lugar desde el cual hemos aprendido la importancia que
adquiere la dimensión personal para la transformación social del mundo.
[1]Malo de Molina, Marta. (2004). La
encuesta y la coinvestigacion obreras, autoconciencia. En Nociones Comunes. Experiencias y Ensayos
entre Investigación y Militancia (pp. 13-27).
Madrid, España:
Traficantes de Sueños
[2]Lagarde
y de los Ríos, María Marcela. (2001). Claves feministas para la autoestima de
las mujeres. España: Horas y Horas.
[3]Ibídem
Andrea Dworking utilizó la frase de "Lo personal es político" en muchas de sus entrevistas, hace ver que cada mujer tiene vivencias diferentes -por supuesto- pero tiene un inicio en prácticamente 1 solo lugar -el patriarcado-.
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