Personas necias que acusáis a las feministas de causar división
Por Jacqueline Estrada
Si un evento dice sólo mujeres,
no significa que estemos excluyendo. Cuando se hacen eventos dirigidos a
infantes, nadie se queja: por qué excluyen a las y los adultos. Si se hace un
evento para personas indígenas nadie se
queja por qué excluyen a quienes no nos autoadscribimos como tal. Se entiende
que hay particularidades en estos grupos sociales que ameritan actividades
exclusivas. ¿Por qué no se tiene la misma comprensión cuando se trata de
mujeres que sólo buscan un espacio para sí mismas? Primero, porque se piensa que las mujeres no
tenemos particularidades. Segundo, porque se cree que las mujeres no
experimentamos desigualdades por ser mujeres, qué bah! Se piensa que ya hemos
ganado muchísimos derechos, en pleno siglo XXI (eso déjenselo a nuestras madres
o abuelas, ellas sí que sufrieron de deveras) y encima queremos ganar más
derechos, qué bárbaras que somos, no pensamos en los demás.
Recuerdo que las mismas críticas
nos hicieron para Akelarre cuando en 2010 iniciamos con los círculos de
autoconciencia sólo para mujeres y así ha seguido siendo cada vez que
compañeras feministas proponen actividades exclusivas para mujeres. Salen las
personas necias a acusar a las feministas de causar división y hasta
discriminación. Quienes se molestan y reclaman que excluimos a hombres son las
primeras personas que muestran sus intenciones de fondo: la división, la
violencia, los discursos de odio y la confusión más que comprender y apoyar una
causa de manera auténtica y propositiva. Generar espacios sólo para mujeres
debe leerse como “mujeres que cobran conciencia de su situación de desigualdad
y comienzan a reflexionar y trabajar junto a
otras mujeres para cambiarlo”. Por su puesto que cambiar las relaciones
de desigualdad implica el trabajo de todas y todos y de la sociedad en su
conjunto, eso lo tenemos más que claro las feministas.
Sin embargo, el primer paso sigue
siendo concientizar de las problemáticas específicas que viven las mujeres y
eso se logra reflexionando de primera manos de quienes viven esas desigualdades,
las mujeres. Los siguientes pasos pueden ser visibilizar la problemática y
trabajar en ellas para cambiarlas y ahí se necesita la contribución de todas
las personas. Si no entendemos que son necesarios los espacios sólo para
mujeres para que nos sintamos en confianza y para que reflexionemos y armemos
nuestra propia organización en pro del cambio, no estamos entendiendo nada y no
estamos siendo personas aliadas. No profundizaré en los graves problemas
nacionales que repercuten en nuestros entornos como la violencia hacia las
mujeres por motivos de género, los feminicidios, las desapariciones, la
avanzada conservadora que restringe derechos para las mujeres, funcionarios
(as) que no comprenden la perspectiva de género y con ello perpetúan la impunidad.
Está cabrona la cosa para las mujeres en nuestro estado, país y región amigues,
estoy segura que eso les queda claro.
No caigamos en falsos debates, ni
mucho menos tomemos mucho de nuestro tiempo en seguirles el juego a aquellas
personas necias que acusan a las feministas de causar división. El tiempo
apremia y la situación de desigualdad no cambia. Corrámosle para que el cambio
no tarde tanto. Dice una querida amiga: Quien tiene dignidad sabe con qué
indignarse, lo demás es baja autoestima.
Cerrando: agradezco conocer a
hombres que no son necios, a hombres que no andan mendigando atención, que no
se nombran feministas porque se saben aliados de estas causas, que broten
muchos de éstos y que con su ejemplo inviten a otros compañeros a posicionarse.
Excelente chivas, las felicito de corazón
ResponderEliminarMuy bien, así o más claro 🙂👏
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