Ideas subjetivas sobre el trabajo sexual

Por Alicia Medea Herrerías

Cuando te moleste que una mujer acceda a un puesto a cambio de sexo, no te enojes con la mujer, enojate con el hombre que pagó sexo con un puesto. Cuando te descubras criticando a una mujer por seducir a hombres con dinero, critica a aquellos hombres que usan su dinero para comprar “amor”. Cuando te enfade la comercialización del sexo y ver los cuerpos de las mujeres desnudos por todas partes exhibidos como pedazos de carne, o el porno que fomenta actos de violencia y desigualdad, no critiques ni descalifiques a esas mujeres que seguramente pasan horas ejercitándose, haciendo dietas y sometiéndose a cirugías para lucir “perfectas”, o que se enfrentan a veces a contraer ITS, descalifica este sistema que fomenta a las mujeres ser bellas y a los varones tener poder.  

La mayoría de las mujeres solo sobrevivimos en este sistema que no nos deja demasiadas opciones. Ya es hora de darle la vuelta a esto, todo lo que nos molesta de nosotras es por culpa de ellos. La trata de personas existe por quienes la consumen y punto, y seamos claras, la mayoría de los consumidores son hombres. No porque sean malos, no porque esté en su naturaleza, o porque tengan pene etc.  Si no por este sistema al que se le ocurrió que ese sería el sexo dominante. Por la división sexual del trabajo y el capitalismo que pone en manos de unos cuantos la riqueza.

Aclaro que no me gusta considerarme abolicionista del trabajo sexual porque reconozco que es una herramienta para las mujeres. Y que antes de pensar en abolirla deberíamos ver porque las mujeres que lo ejercen tengan mejores condiciones laborales y sobre todo más seguridad.  No estoy en contra de las mujeres que lo ejercen ni de las que lo defienden, y mucho menos de las que además lo defienden desde una postura feminista y luchan en el camino por los derechos laborales de las mujeres, ¿cómo podría estar en contra?.

Reconozco que quitándonos toda la carga moral judeocristiana, este trabajo puede ser mucho más digno que el de limpiar baños, porque el trabajo doméstico es de los peores pagados.  Es por eso que no entiendo del todo la postura abolicionista, o de quienes descalifican por completo el trabajo sexual, me parece que debemos tener una postura mas crítica al respecto. Yo soy abolicionista del sistema patriarcal y punto, y ya si después sigue existiendo el trabajo sexual seguramente será bajo distintas condiciones.

Sin embargo en esta ocasión, desde afuera, desde el punto de vista subjetivo de una persona que No ejerce trabajo sexual actualmente,  no puedo evitar entristecerme y enojarme, enojarme muchísimo con este sistema que solapa que…


1. No podemos declarar que existan mujeres que “eligen” libremente el trabajo sexual como un empleo, porque no es que tengamos demasiadas opciones.

2. El trabajo sexual en este sistema patriarcal perpetúa la cosificación de los cuerpos (de mujeres y hombres) y la despersonalización, lo cual es violatorio a los derechos humanos.

3. Que prefieran pagar miles por sexo físico o a través de la webcam, en vez de financiar a muchas mujeres científicas, intelectuales, especialmente  para causas feministas.

4. La mayoría de los que consumen sexo son hombres, y no porque se les dé de manera instintiva sino porque culturalmente solo ellos pueden tener acceso abierto al placer. Y tienen el poder económico para hacerlo.

Ya se que sueno ingenua, pero, ¿es mucho pedir? Ahí afuera hay mujeres que a cambio de sexo ganan 10 veces lo que yo y muchas otras mujeres que estamos tratando de hacer este mundo un mejor lugar. Y que nos hemos planteado alguna vez ser trabajadoras sexuales para mejorar la calidad de vida, porque ¿hay de otra?.

Solo creo que en un sistema capitalista patriarcal, las mujeres hacemos lo necesario para sobrevivir, y cada una tiene su modo, y ese modo es respetable mientras no consista en robar o asesinar a alguien (que no lo merezca)… es broma, o sea, que no consista en afectar a alguien más, por lo menos no intencionalmente.

Enfocar nuestra energía en lo que ella o aquella hace bien o mal nos desvía del tema principal: somos títeres y quienes juegan las cartas todavía son ellos. ¿Qué vamos a hacer? Cualquier estrategia es digna y reconocida. Y esto aplica en otros aspectos de la vida.

a)Vamos a declararnos abolicionistas y dejaremos de vender sexo porque es algo sumamente patriarcal.
b) Voy a usar esta “herramienta” que es mi cuerpo sexuado y cosificado para lograr mis fines.

Seguimos sin tener muchas opciones.
#Sosad



                                                                        Ilustración Adelita Vio    
                                      


Comentarios

  1. Me considero abolicionista de la prostitución porque como tú bien lo mencionaste oculta que un hombre tenga derecho a comprar el cuerpo de una mujer. Lo que sí debo reconocerte es que tienes razón en que dejemos de culpar a las mujeres.. y volteemos la vista hacia los hombres (porque son principalmente ellos los que tienen esa cultura de "comprar").

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